Desde que era niña la Semana Santa siempre me trae a la memoria
nazarenos vestidos de color púrpura regalando a los niños dulces y
caramelos. Tal vez por esa razón este
color siempre me ha resultado atrayente, relajante y espiritual.
El color púrpura se ha asociado desde tiempos inmemoriales a la realeza
y simboliza poder, riqueza y lujo. Es un color que estimula la imaginación y la
intuición. Capaz de combatir los miedos y aportar paz.
Esta semana, impregnada por su esencia he decidido realizar un viaje de
aroma y magia a uno de los lugares del mundo donde reina en todo su esplendor:
los campos de Lavanda en la Provenza francesa.
Queréis acompañarme en este viaje?
La lavanda o espliego es un arbusto de tallos
leñosos, ramas de espigas alargadas y flores de color morado que desprenden un
aroma intenso y fresco. Dentro de sus componentes destacan principalmente el
lanilol, que tiene propiedades energizantes y los taninos, que son útiles como
antisépticos, cicatrizantes, antioxidantes y protectores de la piel.
Esta
planta es originaria de los países mediterráneos de Europa y norte de África y
desde siempre se ha utilizado la esencia de sus flores para la fabricación de
lociones y perfumes.
En
Provenza, sur de Francia, existen enormes plantaciones de lavanda. La planta
florece en verano y la recolección de las flores para uso medicinal se lleva a
cabo entre los meses de julio y agosto.
Las flores se cosechan a mano una vez que estén
abiertas, idealmente en un día soleado y bien entrada la mañana. Como contiene
componentes alcohólicos se debe secar a la sombra y a una temperatura
inferior a los 35 ºC. A mayor temperatura se evaporan los alcoholes, se altera
la esencia y se pierde la actividad terapéutica de la planta.
El
componente principal de la Lavanda es el aceite esencial, que contiene
alcoholes terpénicos (linalol, geraniol y borneol) y sus esteres, entre otras
muchas sustancias, responsables de sus propiedades sedantes del sistema
nervioso central, hipotensoras, antiinfecciosas y bactericidas.
La lavanda es un remedio eficaz para calmar los
nervios y en caso de ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas.
Para ello, se hierve agua, se añade un puñado de flores y se deja en reposo
unos minutos. Se recomienda tomar dos tazas diarias después de las comidas.
El
alcohol de lavanda es muy adecuado para dar fricciones y calmar tensiones
musculares, así como para activar la circulación y aliviar el cansancio si se
añaden unas gotas a un baño caliente.
Las
flores secas perfuman la ropa y ahuyentan a las polillas, por lo que se pueden
colocar pequeñas bolsitas con flores en armarios, cajones o dentro de los
bolsillos de la ropa tal cual lo hacían los romanos siglos atrás.
Qué tal este
pequeño viaje de aroma y color?. Espero que lo hayais disfrutado tanto como yo.
SED MUY FELICES Y HASTA LA SEMANA
QUE VIENE!! :-)
Preciosas imagenes! Tambien es el color favorito de la mayoria de los niños, y con lo listos que son... La lavanda es una de mis plantas silvestres favoritas, me recuerda a los veranos de cuaando era pequeña.
ResponderEliminarBesitos
Ana
Nos alegra muchísimo que este post te resultara tan especial.
ResponderEliminarUn beso grande y feliz noche!